Verónica Colón, Gabriela Collazo y Karen Serra son jóvenes que, en busca de crecimiento profesional, emigraron a Estados Unidos en la década pasada. Estos miembros de la diáspora están ahora de vuelta a Puerto Rico y aseguran que regresar ha sido la mejor decisión que han tomado en sus vidas. Y es que, antes de irse a Estados Unidos, muchas voces les repetían que “en Puerto Rico no hay trabajo”, “aquí no hay oportunidades de crecimiento” y que “las mejores oportunidades siempre están allá”.
Todo eso tenía más sentido cuando “en las ferias de empleo de la universidad había muchas oportunidades de empleo, pero estaban afuera [de la isla], específicamente en Nueva York. Las ofertas eran muy atractivas; pagaban muchísimo más que en Puerto Rico”, recordó Serra, quien estudió ingeniería civil en la Universidad de Puerto Rico recinto Mayagüez y trabajó en Nueva York como consultora en el manejo de proyectos, con énfasis en el área de finanzas, operaciones y servicios.
La migración en números
Según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, mientras que la migración de puertorriqueños a Estados Unidos disminuyó del 2018 al 2019 por un 50%, este éxodo aumentó por un 67% entre las personas de 18 a 49 años. Es decir, que más de 50,000 puertorriqueños en edad productiva migraron a los Estados Unidos justo después de la crisis económica y social que desataron los huracanes Irma y María. Sin embargo, mientras miles de talentos se fugaban del archipiélago justo después de los huracanes más devastadores, otros tantos regresaban de la diáspora para ayudar a reconstruirla.
Ese fue el caso de Colón, quien vivió y trabajó en varios proyectos de investigación en Washington DC por casi diez años. “Fue en ese momento [después del huracán María] que dije: ‘me voy a dejar de quejar en las redes sociales de que las cosas están bien malas, de que no se hace nada’. Cambié la perspectiva y dije ‘voy a ir a allá y voy a ver qué puedo hacer para contribuir al crecimiento económico de la isla, voy a usar el conocimiento que adquirí fuera para el bien de Puerto Rico”, sostuvo.
Colón describe que está creciendo como profesional. En menos de dos años fue de ser program manager a directora de Holberton School, un programa intensivo enfocado en los fundamentos de Ciencias de Computación y desarrollo de Softwares a nivel universitario. Hoy en día se dedica a consultoría en filantropía.
Estar cerca de la familia, compartir con amistades, crecer profesionalmente y aportar al crecimiento económico de su país son algunas de las motivaciones que llevaron a estas tres mujeres a superar sus miedos y los estereotipos sobre el ambiente laboral en Puerto Rico.
Consejos para la diáspora que regresa a Puerto Rico
Establecer prioridades
Según Collazo, quien trabajó más de cuatro años en Houston, Texas, al momento de tomar la decisión de regresar, el primer paso es establecer prioridades; decidir qué es más importante. “Yo le puse mucho peso a las oportunidades de crecimiento que tenía una empresa que estaba comenzando. Pensaba que, si la compañía crecía, yo crecería también. Creo que aposté bien. He crecido un montón con la empresa, estoy cerca de mi familia y me ha ido excelente”, indicó la ingeniera mecánica, quien actualmente trabaja para la empresa Connect Assistance, una compañía de servicios de asistencia en la carretera y el hogar.
Crear plan de ahorros
Luego de establecer prioridades, procede evaluar la parte económica y establecer un plan de ahorros “porque yo sabía que iba a coger un golpe a nivel económico y que las cosas iban a ser bien diferentes a lo que estaba acostumbrada”, expresó Colón, quien es natural de San Lorenzo.
Y es que, “el recorte de sueldo que uno acepta, accede y selecciona cuando se muda a Puerto Rico es uno grande, pero cuando tiras los números, el costo de vida no es tanto. Además, tienes mucha más ayuda a la mano, entiéndase que aquí están la familia y las amistades. “Hay más ‘network’ y para mí eso es calidad de vida”, añadió Serra.
Creer que el comeback es posible
Finalmente, llega el turno de darle la oportunidad a Puerto Rico. Esta, según las profesionales consultadas, es la parte más difícil.
“Yo sentía miedo de estar cometiendo un suicidio profesional. Creía que iba a llegar a Puerto Rico y que quizá todas esas súper oportunidades que uno piensa que tiene cuando se va se iban a cortar. Y recuerdo que alguien me dijo, ‘estás hablando como si al llegar a Puerto Rico, te fueran a quitar el pasaporte y nunca más te vas a poder ir. Inténtalo. Si no te gusta, te vuelves a ir”, manifestó Collazo, natural de San Juan.
Una vez la decisión está tomada, es importante contemplar las posibilidades de empleo que ofrece Puerto Rico. “Aquí hay oportunidades y opciones excelentes con mucha oportunidad de crecimiento. Hay que ayudar a estas nuevas empresas que están buscando talentos y que no los consiguen”, señaló Collazo.
Precisamente, con la intención de ayudar a miembros de la diáspora que desean regresar a Puerto Rico, surgió El Comeback, un programa de la organización sin fines de lucro ConPRmetidos que facilita la búsqueda de empleos conectando a los talentos puertorriqueños que viven fuera de la isla con patronos locales. La plataforma provee un sistema a través del cual los profesionales comparten su resumé para ser conectados con patronos que vayan con sus intereses y necesidades.
Según Serra, a quien le hubiese gustado contar con una plataforma similar al momento de regresar a Puerto Rico, “hay muchas más oportunidades de lo que uno piensa”.
Por eso, “prepárate que las cosas van a ser diferentes y no importa que tan duro se vea el primer año, siempre, siempre vas a estar complacidx y no te vas a arrepentir de la decisión”, aconsejó Colón.
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