Volver a Puerto Rico puede ser mucho más que una decisión profesional; puede ser un camino hacia la sanación personal y la conexión con nuestras raíces. Andrea es un ejemplo vivo de cómo regresar a la isla puede transformar no solo la vida de quien regresa, sino también el futuro de las comunidades locales.
Andrea decidió regresar a Puerto Rico en 2020, en pleno apogeo de la pandemia, buscando un espacio para reconectar consigo misma y con su tierra. Con su formación en psicología comunitaria y cambio social, adquirida en la Universidad de Miami, su misión ha sido clara: aportar al bienestar y desarrollo de las comunidades puertorriqueñas. Desde ayudar a puertorriqueños desplazados por los huracanes Irma y María en Florida, hasta caminar semanalmente por la Reserva Guaniquilla para encontrar paz, Andrea ha hecho del regreso a la isla un acto de propósito y amor por Puerto Rico.
Una conexión más profunda con la naturaleza y la comunidad
Para Andrea, la Reserva Guaniquilla y Playa Buyé tienen un significado especial. Son más que paisajes; son escenarios de memorias familiares inolvidables y lugares que nutren su espíritu. Allí, redescubre su amor por Puerto Rico, mientras trabaja por la reconstrucción social y emocional de la isla.
Trabajando en colectivo por un Puerto Rico mejor
Andrea reconoce los retos que enfrenta Puerto Rico, pero también ve un potencial inmenso en la colaboración colectiva. “Podemos trabajar con esos retos en colectivo,” menciona, animando a otros a considerar regresar para contribuir a la reconstrucción y el crecimiento de la isla.
Descubre trabajos disponibles aquí y conoce más sobre Andrea y cómo su regreso está impactando a las comunidades de Puerto Rico en el video completo.
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